Luis Felix Mela conocido en el mundo artístico del Tango como “El Negro Mela” fue presentador, glosador y representante de la orquesta típica del Maestro Osvaldo Pugliese durante 19 años desde 1954 hasta 1973.
Nació en Dock-sud, Provincia de Buenos Aires, partido de Avellaneda, República Argentina el 20 de Octubre de 1903. Hijo de Aída Carballo y Santiago Miller, a la temprana edad de 4 años falleció su padre y emigró con su madre a Montevideo, capital de la República Oriental del Uruguay.
Allí fue internado como pupilo en el colegio Don Bosco de esa ciudad, y egresó siete años después con el ciclo primario aprobado. Su vida se desarrolló en el barrio Ciudad Vieja de Montevideo, hasta su regreso a Buenos Aires, para cumplir con el servicio militar.
En Montevideo practicó boxeo en forma amateur y llegó a pelear dos combates como profesional, pero la Comisión Médica de la Asociación de Boxeo de Montevideo le retiró su licencia de boxeador por un problema de la vista, que a la postre lo exceptuó del servicio militar en Argentina.
Trabajó en varios oficios hasta su ingreso en la Municipalidad de Buenos Aires, como barrendero. Hacia el año 1941 fué promovido con medalla de oro por el entonces Intendente de Buenos Aires, Carlos Alberto Pueyrredón, y promovido a Inspector de Primera por haber devuelto, un bulto que encontró en la calle con joyas por una suma millonaria.
Trabajó en la Municipalidad hasta el año 1948/49 momento en el que se inició como recitador campero.
Con el tiempo se alejó del ambiente de la danza y comenzó a trabajar como presentador y glosador de tango con la orquesta de Alberto Coral, suplantando por un tiempo al que estaba de titular, en el Centro Asturiano Campo Covadonga. Tuvo mucho éxito, pero cuando retornó el presentador oficial, tuvo que retirarse.
Fue contratado en el famoso Tango Bar de la calle Corrientes, para ser el presentador de las orquestas y artistas de la casa. Así lo hizo con: Julio Sosa, Enzo Valentino y obtuvo un sorprendente suceso con la Orquesta Muzzi (o Mussi, desconocemos de quien se trata), con una glosa que la llamó “La cacerola”, que no era otra cosa que una parodia, una broma, al cantor italiano Nicola Paone, quien se encontraba en la Argentina con gran suceso y tenía en su repertorio una canción que estaba de moda: “La cafetera”, y cerraba haciendo una mención del tango “Rodríguez Peña” que era el tango mas ejecutado de la Orquesta Muzzi.
Cuando Mario Soto, el autor de “Pasional”, se fue de la orquesta de Osvaldo Pugliese, el
director inició la búsqueda de un presentador sin lograrlo. Entonces, Osvaldo Ruggiero le dijo a don Osvaldo que el presentador de la orquesta está en el Tango Bar, y este exclamó: «¡El Negro Mela! ¡Vayan a buscarlo!». El dueño del Tango Bar, le comunicó a mi padre la novedad y le agregó: «Si le va mal, seguirá teniendo el puesto en mi casa».
Su primera presentación fue, en junio de 1953, en el Club Defensores de Santos Lugares, allí le informaron que tenía un mes de prueba. Papá, ¡por suerte!, pasó el mes y permaneció con Pugliese durante veinte años, hasta 1973.
En 1959, viajó en una gira, de casi cinco meses, a Rusia, China, Pakistán, Afganistán, Mongolia, París, Lisboa. Habían partido de Buenos Aires en agosto y volvieron el 30 de diciembre.
Luego fue presentador en el Boliche de Rotundo, propiedad de Francisco Rotundo, en el barrio de Villa Luro, también de Donato Racciatti y en otras casas de tango. Finalmente, se jubiló y fue gestor de trámites de automotores.
Además de presentador en la orquesta de Pugliese, fue también su representante.
Luis Mela fue, además, un buen bailarín de tango –decía ser discípulo del mitológico Negro Pavura-, y como tal, recibió premios en los concursos del Teatro Verdi de La Boca (1937) y del Orfeón Español, de la calle Piedras (1938). Fue, sin duda, una persona muy querida en el ambiente y uno de los íconos de toda una época del tango de Buenos Aires.
